BIBLIOGUÍAS
Nicolás de Cusa nació en 1401 en la pequeña localidad de Kues, a orillas del Mosela, en la diócesis de Tréveris. En 1416 se hallaba matriculado en la Universidad de Heidelberg. Al año siguiente comienza en Padua sus estudios de derecho, doctorándose en 1423. Tras una breve estancia en Roma en 1424, se encuentra al año siguiente en Colonia, donde imparte clases de derecho canónico en la Universidad. Su ordenación sacerdotal probablemente tuvo lugar entre 1436 y 1440.
En 1432 participa en el Concilio de Basilea, tomando partido en favor de la corriente conciliarista y en 1433 escribe tres obras defendiendo su postura, entre las que destaca De concordantia catholica. Más adelante se pasa a la minoría que defendía la supremacía del papa. En agosto de 1437 viaja a Constantinopla como legado del papa Eugenio IV, para negociar con el emperador y con las autoridades eclesiásticas griegas su participación en el Concilio de Ferrara, donde estaba previsto firmar el decreto de unión con los ortodoxos, que finalmente fracasó. A partir de entonces se incrementa la actividad diplomática, especialmente en territorio alemán, en un esfuerzo por poner fin al cisma provocado en 1439 por la elección del antipapa Félix V e intentar que fuera reconocida la legítima autoridad del papa Eugenio IV. En 1448, bajo el pontificado de Nicolás V, se logra restablecer la unidad del Occidente cristiano. Nicolás de Cusa es nombrado cardenal ese mismo año y en 1450 obispo de Brixen, en el Tirol subalpino, sede que ocupará en 1452.
El intenso trabajo pastoral, político y diplomático no le impide dedicarse a la actividad científica, con diversos tratados como De docta ignorantia (1440), De coniecturis, y Apologia de docta ignorantia (1449), entre otros. El año 1450 ven la luz varios opúsculos matemáticos y los Diálogos del idiota. Tras su ordenación episcopal, emprende como legado papal un extenso viaje por Europa central y en abril de 1452 toma posesión de su sede episcopal. Los años al frente de la diócesis de Brixen están llenos de contratiempos e incomprensiones, por la oposición de la autoridad política del lugar, que le llevó a huir en 1457 en busca de refugio, hasta que fue obligado a firmar la rendición, lo que significó el fin de su gobierno de la diócesis. Se trasladó a Roma, donde fue nombrado en 1459 Vicario general para los asuntos temporales por el nuevo papa Pío II.
Entre tanto, continúa publicando nuevas obras: en 1453 escribe De visione Dei y De pace fidei; cinco años después, De beryllo y en 1460 Trialogus de possest, entre otras. Los años de Roma como cardenal de la Curia suponen la vuelta a la actividad diplomática y pastoral, que compagina con su dedicación al estudio, fruto del cual son nuevas obras: Cribratio Alkorani, De non aliud, De venatione sapientiae, De ludo globi y De apice theoriae. A ellas hay que añadir los casi 300 sermones conservados, en su mayoría predicados en su viaje apostólico de 1451 y 1452 y durante su ministerio episcopal en Brixen.
Falleció en Todi, el 11 de agosto de 1464, cuando iba camino de Ancona, en compañía de Pío II, al encuentro de la flota de la cruzada cristiana contra la invasión turca.